Schiller, Friedrich von
Apégate a la patria, a la patria querida, / Aférrate a ella con todo tu corazón
¡Incluso los hermosos deben morir!
¡En las montañas está la libertad!
En las montañas libres, / En el brillo del sol del mediodía, / Por el poder de los cálidos rayos / La naturaleza engendra el vino dorado
Debe caer de las nubes, / Del seno de los dioses, la felicidad, / Y el más poderoso de todos / Gobernantes es el momentoDe la nube / Se derraman bendiciones / Cae la lluvia / De la nube sin elección / ¡El rayo se contrae!
¡Por el Dios maravilloso! - ¡La mujer es hermosa!
Hermanos, volad de vuestros asientos, / Cuando el pleno romano dé vueltas, / Salga la espuma al cielo: / Este vaso al buen espíritu
Lo viejo cae, el tiempo cambia, / Y de las ruinas brota nueva vida
Esa es la maldición de la mala acción, / que, al continuar procreando, siempre debe dar a luz el mal
La ley es amiga de los débiles
¡La vida es / solo un momento, la muerte también es solo una!
La vida no es el mayor de los bienes, / Pero el mayor mal es la culpa
La belleza florece solo en el canto
La palabra es libre, la obra es muda, la obediencia es ciegaEl hombre es el compañero amoroso / Nace la mujer
La posteridad no teje coronas para los mimos
La montaña no asusta al que nació en ella